Nacimiento de Gran Canaria, grupo escultórico de Abraham Cárdenes, restaurado en bronce y situado en los jardines del parque Doramas, situado delante del Hotel de Santa Catalina

Nacimiento de Gran Canaria, un grupo escultórico compuesto por una mujer desnuda rodeada de un grupo de niños y peces creado en 1947 por el artista Abraham Cárdenes. 

Desde los años 60 permanece medio oculto en los jardines de las oficinas municipales de León y Castillo, donde la piedra artificial de la que está hecho se ha ido deteriorando por la humedad del agua de riego de los jardines. El Nacimiento... ha sido también víctima de los gamberros, que le han partido un brazo y le han provocado otros desperfectos.

Pero no han sido éstas las únicas agresiones que ha sufrido esta obra, que, tras ser expuesta en 1952 en el Club Náutico de la capital grancanaria, fue víctima de la fobia a los cuerpos desnudos que consumía al obispo Antonio Pildain Zapiain. Furioso defensor de una estricta moral católica, en la que no tenía cabida la desnudez, Pildain ha pasado a la historia de esta ciudad por sus furibundos ataques a películas como Gilda o Arroz amargo, porque sus protagonistas aparecían ligeritas de ropas para la época.

La obra le fue encargada al escultor de Tejeda, ya desaparecido, por indicación del arquitecto y urbanista Secundino Suazo, en la época en que José Ramírez Bethencourt era alcalde de la capital grancanaria.

Así las cosas, la escultura tuvo que pasar un largo destierro, según recuerda el hijo del artista, Benjamín Cárdenes, quien se muestra agradecido a la concejala de Fomento, Nardy Barrios, que ha decidido restaurar el grupo escultórico y colocarla en el parque Doramas , frente al hotel Santa Catalina, donde luce como se merece.

La restauración, costó 31.528 euros, y consistió en rehabilitarla para luego fundirla en bronce. "El artista quería que la obra se fundiese en bronce, pero motivos económicos lo impidieron en su día, por lo que ahora se cumplirá su deseo. Además", añadió, "el grupo escultórico esta sobre una fuente, como quería Cárdenes.